MTB desde Alpedrete: abril 2012

Torrelodones-Hoyo-Moralzarzal-Torre
“La del pollo en el horno”

Asistentes: Carlos, César, Dani, David, Fernando, JaviJudo, Jose Manuel, Josito, Juana, Luiz, Miguel, Paco, Victor.

Distancia: 55 km. Desnivel: 920 m.

Voy a ver si me vuelvo a ganar el apodo de Cronista, que hacía demasiado tiempo que no empuñaba la pluma y lo había perdido.

Al parecer teníamos unas ganas tremendas de montar en bici este soleado pero fresquito domingo. Antes de la hora todo el mundo preparado para salir disparados.
Excepto algunos nombres ilustres, hoy nos hemos reunido la mayoría de los habituales.
Comenzamos por la Dehesa de Torrelodones para atravesar por la urbanización de Los Robles, pero que mala suerte, precisamente hoy han decidido cerrar la verja que permite el acceso. No problemo, desandamos unos metros el camino y en seguida enfilamos en dirección a Hoyo, primer tramo por asfalto y después por los caminos que terminan en los cuarteles.
Paco venía corto de reservas de glucógeno, por haberlas agotado el sábado. A saber que habrá hecho por la noche porque por pasarse cinco horas en la bici y dos jugando al pádel no creo yo que sea para cansarse. Pero con la ingesta de poción mágica en forma de higos y barritas se soluciona el problema y podemos retomar el ritmo.
Los hay que están mas fuertes que el vinagre y la subida hasta el Cordel de Cantalojas la hacen como si fuera cuesta abajo, otros nos conformamos con el ritmo estilo “Verano Azul”.
Menos mal, ahora toca un respiro. La bajada hasta el puente del Batán se hace a ritmo vivo, con susto incluido de Josito que en pleno vuelo se le escapa un pie del pedal, pero el tío ni se despeinó, me pasa eso a mí y todavía estáis recogiendo los cachitos.
Bueno, habrá que parar a comer algo no?. Buscamos una piedra al sol y cual lagartos damos cuenta de las viandas. Víctor nos dio a todos a probar su mango, muy rico por cierto y con gran aporte de hidratos de carbono.
Pero la tranquilidad dura poco y nos ponemos manos a la obra, que a César hay que ponerlo en los coches a las trece cero cero y todavía quedan algunos kilometrillos. Ahora toca subir, que vale, que nos es muy dura ni muy larga pero aquello pica para arriba todo el rato. Las bestias pardas imponen su ritmo y Paco y Jose Manuel cierran el grupo para que nadie se pierda. Y siempre contando con la ayuda de David “El Magnifico” que desandando el camino baja a por los rezagados para ofrecernos su rueda.
Menos mal, otra bajada. Cruzamos de nuevo la M-607 y enfilamos hacia Moralzarzal por la Cañada Real Segoviana. Como somos humanos, no nos queda mas remedio que parar a repostar agua, que todavía quedan unas cuantas cuestas. Lo hemos intentado, pero aquí nos damos cuenta que lo de las 13,00 va a ser misión imposible, y para que no pase de las coma treinta nos ponemos en marcha en seguida hacia la urbanización Altavista. Paco se hace acreedor de la envidia general porque se queda en casita y los demás acometemos la subida por el camino de los Avestruces, cada uno a su mejor ritmo. Una ruta sin un poquito de adrenalina no sería justa y el regalo llega en forma de sendero rápido. Dani se pone a la cabeza y los que podemos imitamos su trazada. En menos que tarda en persignarse un cura loco llegamos a la pista que en su día puso a Dani cuerpo a tierra en una ocasión y en otras anteriores a Juana o Jose Manuel. Pero se nos ha debido olvidar porque volvemos a bajarla como nos gusta: “sígueme si puedes y si te atreves me adelantas”.
Atravesamos el arroyo Peregrinos y ya sólo queda el penúltimo esfuerzo. Las patas chirrían y protestan por el esfuerzo acumulado pero las obligamos a llevarnos a la Berzosa y lo que parecía que iba ser un paseo por asfalto hasta el Poli de Torre se convierte en una contrarreloj por equipos con el flato grande al máximo de revoluciones.
En resumen una ruta del agrado de todos con predominio de pistas y con alguna trialerilla que nos alegra el día. Lo mejor como no podía ser de otra forma, el potencial humano.
El que pudo y quiso se tomo una cervecita en el Poli.

Hasta la próxima.
Jose Manuel