25 may 2011

- CRONICA SANABRIA

13 al 15 de mayo de 2011 


Parque Natural Lago de Sanabria 


Asistentes: Ana, Paula y César – Lucía y Dani – Javi, Aitana y Nerea – Azucena y Josito – Juana, Kika y Jose Manuel – Isabel, Gabriela y Luiz – Olga, Esther, Yolanda y Narciso - Loreto, Laura, Celia y Victor. 


El viernes a partir de las 21 horas vamos llegando poco a poco a Glande, hasta las 12 y pico que llegan los últimos rezagados. La primera toma de contacto con el restaurante del Ruso sirve para indicarle nuestras preferencias culinarias, pactando con Jesús que olvide por unos días la costumbre sanabresa de añadir picante hasta al flan. 

Después de acomodarnos en las estupendas cabañas, todos quedamos convencidos del acierto de Loreto y Victor en la elección del sitio. Es que si hubieran pensado en construir algo adaptado a las necesidades de varios bikers viajando con sus familias no lo hubieran hecho mejor. Además de resultar muy acogedoras las cabañas, si añadimos el plus de la piscina climatizada y el pequeño gimnasio, todo ello ubicado en un recinto cerrado de césped para tomar el sol o hacer una barbacoa convertía el lugar en un lujo asiático. 

Nos fuimos a descansar y el sábado a partir de las 9 fuimos llegando a la cafetería para cargar las pilas, que falta nos harían en la ruta de senderismo programada para el sábado. El amigo Victor nos había preparado una excursión a la Cascada de Sotillo. Dejamos los coches en Sotillo de Sanabria y nos dirigimos a pie a la zona recreativa del arroyo de Las Truchas para acometer la subida de 300 m. de desnivel hasta la cascada. 

El sendero presenta algunas complicaciones, como agua o piedras, pero nada que las duras piernas de los excursionistas no puedan superar. Sólo Paula tuvo un susto y resbaló en una piedra, torciéndose un tobillo, pero como es una valiente y de casta le viene al galgo, aguantó el resto de la ruta a pesar de los dolores. 

A mitad de la subida empezaron a escucharse los típicos ¿cuanto queda? o ¿cuando llegamos?, pero las niñas empezaron a tirar del pelotón y en un momento llegamos a la cascada. Muy bonito el paisaje, sesión de fotos y de chuches e iniciamos la bajada, peligrosa en algunos tramos pero entre juegos y canciones nos puso otra vez en Sotillo. Cuando salimos teníamos una perrita blanca y como ahora era negra, nos paramos a lavarla en el río. 

Después de tanto esfuerzo sólo una cosa teníamos en la mente “habones con almejas”. Aquí Jesús se redimió de la cena del viernes y tanto los habones como el bacalao a la sanabresa o el churrasco nos dejaron a todos satisfechos. Y si le añadimos el buen Rioja obsequio de Javi, resultó una comida muy aparente. 

Teníamos a Victor apretándonos las clavijas para cumplir con la programación que consistía en visita al Lago, después a Puebla y a continuación barbacoa, pero como es lógico, los habones había que reposarlos por lo que cambiamos la visita a Puebla por una siestecita unos o por un relajante chapuzón otros, con la promesa de visitar la población al día siguiente. Para quitarle el dolor del pie a Paula, a su padre no se le ocurrió otra cosa que darle un cabezazo en el ojo cuando buceaban. 

Lola e Ismael que se habían unido al grupo en el aperitivo, hacen de cicerones y nos guían en la visita a la Laguna de Los Peces y al Lago de Sanabria, obsequiándonos con anécdotas y leyendas. 

Como ya habíamos quemado la comida, empezamos a pensar en la barbacoa. El equipo de infraestructuras funcionó a la perfección y en un momento teníamos la barbacoa ardiendo y las mesas montadas. Y entonces aparecen Jose y su chica con sidra del país y la internacional sangría que no puede faltar en ninguna barbacoa. El lomo de buey de carnicería “El Puta” excelente y como colofón la Caipiriña elaborada por Isabel ¡¡hombre por diosss!!, excelente. 

Todavía no sabemos qué le prometió Javi a Dani, pero el caso es que a eso de la medianoche se lo llevó a su cabaña, momento que aprovechó Lucía para repartir los gorritos, mientras Victor pinchaba el “Cumpleaños Feliz” para sorprender a Dani. Aunque los rudos biker nunca lloran dicen las malas lenguas que alguna lagrimita sí se le escapó. 

Los presentes y los ausentes después de mucho ahorrar conseguimos regalarle unas Bermudas Endura que el chico necesitaba para hacer el cabra por el monte. 

Aunque las ganas de seguir la fiesta eran muchas, pesó más la responsabilidad, por no llamarle miedo a la ruta del domingo por lo que nos retiramos a descansar. 

A las 9,30 tuvieron la amabilidad de recogernos en Glande los amigos del club BTT Sanabria para posteriormente recoger en El Puente a mas bikers llegados desde Porrino, con lo que nos juntamos 25 ciclistas para dar una vuelta por la zona. La ruta sin ser de alta montaña se hizo notar en las patas con sus casi 800 m. de desnivel bien dosificados en un continuo rompepiernas. Ahora que habíamos empezado a olvidarnos del barro de las 24doce ya se encargaron los sanabreses de refrescarnos la memoria. Disfrutamos de bonitos parajes y de una trialera que a todos se nos hizo corta. Gracias a los BTT Sanabria por enseñarnos sus senderos. 

A la altura de Galende y aprovechando que la hora de la cervecita se nos había echado encima nos fuimos a las Cabañas. Las bicis echaron a correr hacia las mangueras para quitarse el barro y los bikers dimos cuenta de nuestras cervecitas. Ahora tocaba degustar el arroz a la zamorana pero como el cerdo que nos tocó era sordo no pudimos probarlo con oreja aunque igualmente estaba riquísimo. Y cuando no podíamos más tuvimos que hacer otro esfuerzo porque la carrillera gritaba ¡cómeme!, aunque algún cobarde se riló y empezaron a circular los taper, cosa que fue agradecida por algún “Rodriguez”. 

Y ya sólo quedaba recoger y cargar, pero ¡oh! sorpresa las pequeñas gamberras habían construido con sillas, mantas, sombrillas y todo lo que pillaron unas cabañas en paralelo de las que fueron rápidamente desahuciadas para proceder a su demolición. 

Y emprendimos ruta de regreso a Madrid con parada intermedia a tomar un piscolabis, cortesía de Dani como invitación por su cumpleaños. 

Como resumen decir, que el sitio era estupendo, el personal aún más, que ha imperado el buen rollo durante todo el fin de semana y que todo ha salido mejor aún de lo que preveíamos. Y que sucedieron muchas más anécdotas reseñables pero como la crónica se haría eterna, hasta aquí hemos llegado.


3 comentarios:

  1. que bonita cronica. Un viaje para no olvidar.

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  2. Preciosa crónica, sin haber estado allí uno se hace la idea de lo bien que lo pasasteis.

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  3. Pues sí que lo pasamos bien. Hasta Paula en la que la mala suerte se cebó y tuvo hasta cuatro "incidentes", también se lo pasó guay

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