- RESUMEN SALIDA 25/11/12

Hoy estoy encargado de escribir la crónica de la ruta de domingo. No puedo hablar sobre la ruta sin hablar de los eventos que antecedieron la misma. Una noche maravillosa donde cantamos, bailamos y reímos un montón. Paco, con una actuación soberbia dejo a las chicas con taquicardia.

Sobre las 3 de la mañana, los tres que habíamos confirmado la ruta decidimos retrasarla un poquito. Ya en casa, sobre las 3 y algo, rapidito a cama para dormir un poco. Al acostarme descubro que todo que aprendí en el cole estaba equivocado. La tierra no gira en torno de su eje, pero si en torno de mi cabeza. Estas cuestiones metafísicas fueron interrumpidas por mi reloj. Mal he cerrado los ojos y ya era hora de despertarme.

Desayuno rápido, preparar todo y a camino del parking. Poco después llegan Juana y Josito.

Todo listo y a las 10:10 salimos en dirección a los peñascales por el carril bici. Cruzamos el Río Trofas por el puente y lo bordeamos hasta la cuesta de las urbanizaciones que subimos lentamente. Que  calor.  Al llegar arriba, una parada rápida para quitar ropa.

Seguimos subiendo en dirección al Pendolero y después hasta la pista de tierra donde giramos hacia a la derecha. Ritmo vivo pero no muy rápido. Antes de llegar a la Academia salimos por una trialera a la izquierda. Todo tranquilo hasta Hoyo de Manzanares. Subimos la cuesta al lado de la plaza de toros hasta la Berzosa. Ya en la tierra inicia la diversión. El terreno estaba compacto con buen grip. Salvo en algunos puntos por la arenita.

Decidimos subir la cascada de piedras. En el camino, Josito ha bajado por varias piedras con solvencia. Juana y yo bajamos a patas; no estábamos con la cabeza para arriesgar. Al llegar a una pista en bajada el ritmo se acelera. Vamos los tres juntos y rápidos. Josito salta por una roca y resuelvo contórnala. Me encuentro con una “erosión”, también conocida como rodera. Toco el freno trasero para arreglar la trayectoria, pero me pase. La bici giro demasiado (como he dicho no estaba fino). Técnica nueva: Un ojo cerrado para no ver la ostia que me iba meter y el otro bien abierto para intentar salir de la situación.  Conseguí poner la dirección en el sentido que iba. Entre y salí de la rodera un par de veces, pero no he comprado mi parcela de tierra. Segundos después estaba Juana a mi lado comentando la maniobra. En este momento prometí a mi ángel de la guardia que no le daría mas trabajo durante todo el día.

Subimos la cascada sin problemas. Llegamos a la trialera del Huevo (el que me hice en el brazo) y se oye: “yo primer”. Josito baja rápido y Juana y yo le seguimos mas tranquilos pero disfrutando de la bajada. Antes del final, Reagrupamos y desde aquí seguimos juntos hasta el final de la trialera, cuando Josito a demostrado que un Biker es capaz de hazañas bíblicas. Esto hay que aclararlo. Al final de la trialera hay un río que en verano no tiene agua. Pero ahora…. Josito baja rápido y sin inmutarse se lanza a cruzar el río a toda tralla. El agua se abre para pasar Josito, así como hizo con Moisés en el viejo testamento. Ya al otro lado, con una sonrisa y cara de susto… “Pepe, no sabia que era tan profundo.” Unas risas y seguimos. Subimos hasta la pista del casco (El de Dani). Llegamos al final de la carrera de descenso y de allí subimos en dirección a la carretera de Hoyo. Josito y yo subimos por un senderito chulo que nos recordó la 24doce del año pasado.

Llegando a Torrelodones dejamos a Juana que ha esquivado todos los charcos (aun que al cruzarlos imitaba aves migratorias, emitiendo ruidos  agudos).

En las Matas nos despedimos en movimiento; la prisa.

La compañía: GRANDE.

Pero la ruta ha dejado una pena… No hemos podido compartir esta vez con los demás compañeros.

Un gran abrazo todos.

Luiz